La historia acerca de nuestro restaurante
Empezó como un antojo entre amigos, cocinando en casa los fines de semana.
Un día, alguien dijo: “¡Esto deberías venderlo!”.
Con una parrilla prestada y muchas ganas, abriste en la esquina del barrio.
La gente volvió por el sabor casero y la atención con buena onda.
Así nació nuestro local: simple, sabroso y hecho con corazón.